Descripción
Aquellos que tienen experiencia en el campo del tecar o la tecarterapia saben que hay muchas condiciones clínicas que requieren la aplicación de transferencia de energía sin que esto aumente significativamente la temperatura del tejido. El ejemplo por excelencia es el caso en el que un tejido afectado por inflamación aguda se trata después de un trauma reciente, como podría ser un esguince de tobillo. En este caso, la acumulación de líquidos, el aumento endógeno de la temperatura del distrito, el dolor son reacciones naturales al evento que son al mismo tiempo la causa y el efecto de un proceso reparador que se está desarrollando en el tejido.
¿Puede la transferencia de energía ser útil en este caso? La respuesta es que depende. Si podemos favorecer el drenaje del exceso de líquidos sin aumentar la temperatura del tejido o incluso acelerar su capacidad de controlarlo de forma independiente, la respuesta se vuelve afirmativa.