enero 10, 2018 Categorizado en:

El tono muscular, la celulitis, las arrugas y el metabolismo de las grasas están estrechamente relacionados con el sistema circulatorio. Actuar rápida y profundamente con estímulos dirigidos a la perfusión sanguínea, la temperatura corporal, la vasodilatación y el drenaje es útil para prácticamente todos los programas de acondicionamiento corporal.
A menudo relacionada con la insuficiencia venosa, la lipodistrofia ginoide (más comúnmente conocida como celulitis) es una patología que se desarrolla en múltiples etapas dependiendo de la fibrosis y la falta de permeabilidad generada dentro de los tejidos del cuerpo, lo que se traduce en la acumulación de líquidos y aumento de lipocitos. Los tratamientos destinados a mejorar la permeabilidad del tejido, vascularizar las partes más profundas de la piel y drenar los líquidos acumulados pueden producir resultados evidentes y duraderos en tan solo unas pocas semanas.
El impacto visual de un grupo muscular depende tanto del tono (el estado muscular en reposo) como del trofismo (masa muscular).
Los tratamientos que aumentan la circulación de sangre, el oxígeno y los nutrientes antes del entrenamiento, drenan los catabolitos después del ejercicio y aumentan la eficacia de la comunicación neuromuscular como base de un programa efectivo de acondicionamiento corporal.
Las arrugas están relacionadas fisiológicamente con el proceso de envejecimiento natural de la piel. Continuamente sometida a estrés y agentes externos agresivos, la dermis puede perder su elasticidad y suministro de sangre. Con el tiempo, el tejido fibrótico en la piel reemplaza el tejido funcional.
A través de tratamientos dirigidos a aumentar la perfusión sanguínea y el suministro de nutrientes y oxígeno, este proceso puede controlarse y, en algunos casos, incluso revertirse.